El diseñador Gabriel Zimmerman conoce bien el desacato. Se lo ha propuesto. No sigue otros preceptos que no sean los propios, los otros poco le importan. Con su osada propuesta de tocados, plantea la extravagancia genuina. Es así como desde su irreverencia y un glamour sin mesuras imagina volumetrías escultóricas para llevar en la cabeza. Descontextualiza materiales no convencionales y los reinventa con otra intencionalidad para desarrollar un trabajo vanguardista que llevan las más audaces. En su atrevimiento, concibe tocados maximalistas y de formatos enormes, de mucho carácter. No es cauto con las dimensiones exageradas, ni le teme a las formas complejas. Pero sí es fiel a una irregularidad sinuosa y estética, siempre sofisticada. Una propuesta con desenfado, que ejecuta en cantidades limitadas, sólo para mujeres de avanzada.
Por @mistercoppola
Fotografía: KATHY BOOS
Modelo: SALLY MCCORMICK
Maquillaje: MARIANNE VEGAS BRANDT
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