EL SHOWROOM/ PERINOLA



Detrás de esas rejas de rombos verdes, las de esa casa de las melancolías de la infancia y de las querencias de otra época, está el showroom de Helena Gil, directora creativa de la firma Perinola. Allí, como en un guardarropa, los rack exhiben chalecos, tops, vestidos y faldas, siempre con una propuesta bohemia y gipsy. La claridad entra sutilmente por la ventana cuando el día está despejado. Más allá del escritorio, sobre el que reposa una perinola de madera, están los recortes de revistas como parte de un moodboard espontáneo que da señas de algunas tendencias que compilan la inspiración del momento. Unos cuadros con marcos barrocos blancos, que cuelgan de paredes de ladrillos, muestran imágenes de la primera colección que dio inicio a esta aventura en la moda. Tras las cortinas el verdor del jardín se asoma a la vista. Varios muebles clásicos sirven como aparadores para un short o alguna bufanda. Las alfombras de arabescos contrastan con los cuadros del piso de granito. Unos elefantes, como pequeños amuletos, están en uno y otro rincón entre la ropa. Esa pequeña casa, las de las nostalgias y los recuerdos, es ahora el vestier de nuevas historias.

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