La tinta que se vuelve tensión, línea recta, ángulo, quiebre, triángulo, trapecio, rombo y otra vez línea recta. El papel que se vuelve testimonio, diario, época, recuerdo y ahora rescate. En el taller de la diseñadora de moda Camila X Castillo los bocetos olvidados, con el doblez de los días y las mudanzas y las manchas del descuido, todavía sobreviven el tiempo y los infortunios. Pero allí apilados están las memorias de sus trazos, de vestidos que se unen con hilos de tintas como vértices, con escotes como rombos, con triángulos que unidos dibujan un corpiño, con líneas rectas que se estiran en un pantalón o se achican en una falda. De esas rayas que extrapolan a Gego, Naum Gabo, Magdalena Fernández, Santiago Calatrava y en su última colección, en la que trabaja ahora, toma la geometría abstracta de Victor Vasarely. Esa tinta, ese papel, ese olvido, se convierte en rescate, en reinterpretación, en emoción, en costura, en moda, en ahora.
Por @mistercoppola
Pista:
www.camilaxcastillo.blogspot.com
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