UN MANIFIESTO CONTRA LAS ETIQUETAS FALSAS

En un país que ha sabido mostrar las buenas puntadas de la moda del relevo, que ha logrado elevar el orgullo de las costuras propias, es momento de combatir, y desde el principio, esos vicios que sólo pueden descoser el buen trabajo basteado hasta ahora. Hay que saber esquivar las dificultades y salir invicto. Y vencer el desespero y no dejarse tentar por la astucia que puede soltar los hilos de una carrera en ascenso en la moda. Con las dificultades de los procesos de producción en Venezuela por falta de costureras y el panorama adverso para conseguir créditos, algunas marcas de diseño local, que tienen trabajos destacables, a veces cometen el desliz de pegar etiquetas a piezas ya fabricadas para hacer sostenible producciones escasas por contratiempos en fabricación. Quienes cosen etiquetas en piezas que no salen de sus propios talleres, activan la decepción, no sólo de consumidores, sino de editores de moda, periodistas, diseñadores y fotógrafos que al voltear costuras identifican, con desencanto, la pifia. La credibilidad en la moda se desbarata como un hilo mal cosido que deja señas en la tela. Sacrifica tu bolsillo antes que sacrificar tu honra. Que nadie comprometa su nombre y sus diseños. Qué nadie corte etiquetas ajenas para pegar las propias. Que nadie reproduzca patrones que no son los suyos para venderlos como si lo fueran. No le hagas trampas a tu ingenio. No le hagas trampa a tus consumidores. No le hagas trampa a tus colegas diseñadores. No le hagas trampa a quienes trabajan en la moda. No te hagas trampa a ti mismo.

@mistercoppola

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