Que el pulso ante la máquina de coser sea severo, riguroso, perfecto. Que el hilo que hilvanará la tela no sea otro sino el que es. Que la tijera no se desvíe ni en un pequeño ángulo, ni en una curvatura. El diseñador de moda Roberi Parra es un obseso de las costuras exactas, un maniático de los cortes precisos. Desde esa obstinación estudia y revisa los patrones hasta que queden a la medida de lo correcto. En su última colección Spring/Summer 2012 inspecciona las costuras que ha venido basteando desde hace algún tiempo como en un proceso de exploración y reconocimiento del discurso propio. De ese modo y en un paleta austera que no se salió de las fronteras del blanco, negro, beige y gris, investigó sus trazos y pasos de tijera, reinterpretó sus propios patrones a los que extendió el largo o reconcibió en diseños multifuncionales de una sola pieza. Una colección de líneas minimalistas, austeras y modernistas pensadas desde el empecinamiento de quien repasa disciplinado sus costuras. Así, en un autoexamen obligado, Parra se redescubre cada vez más para entender mejor quién quiere ser
Por @mistercoppola
Fotografía: ANÍBAL MESTRE
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