ANA SOFÍA, LA EXPEDICIONARIA



Ya está acostumbrada a cambiar de husos horarios sin agobios, sabe cómo hacer y deshacer maletas en minutos y está habituada a adaptarse a una geografía ajena sin dificultad. Puede estar tomando un taxi un día en Río de Janeiro, otro día estar cenando en Hong Kong y otro caminando bajo el sol de Miami. Es una exploradora incansable. Es de las que se levanta en la mañana con un itinerario infinito de posibilidades en cualquier ciudad que se encuentre. Y no tiene otra brújula que la que le apunte todos los puntos cardinales que debe conocer. Curiosa, mundana y bohemia la diseñadora Ana Sofía Tarbay toma cada viaje como una expedición personal que le permite conocer las coordenadas propias. Cada viaje lo asume como una travesía interior que la ayuda a descubrirse. Así, sus periplos le dan las pistas para armar el mapa propio, el de la mujer que es y quiere hallarse entre tantas calles, vagones de metro, millas acumuladas de vuelos en avión y paseos largos de tren. Es una peregrina del mundo. Una gitana moderna. Una nómada con muchos sellos de pasaporte. Acaba de presentar Globalia, la nueva colección que habla de una mujer libre, una aventura, una que no sabe de fronteras. Una mujer que está ansiosa de conocer al mundo porque en esos viajes se conocerá a sí misma. Una que, como Ana Sofía, da vueltas y cruza continentes, para siempre volver con la lección de que en cada regreso se conoce un poco más.

Fotografía: JULIO OSORIO

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